En este caso el cliente es una beneficiaria de un afiliado, la Sra. compró una casa hace 20 años y sólo hizo un contrato de compraventa pero nunca firmó la escritura, la beneficiaria perdió todo contacto con los vendedores. El abogado decide iniciar un proceso de pertenencia, donde se demuestra que había un contrato de compraventa y que era ella quien debería figurar como legítima propietaria del bien.
Así la sentencia ordena la inscripción del bien ante la oficina de Instrumentos Públicos y se legaliza la propiedad a favor de nuestro cliente.